Sergio Bidart, director de la Escuela de la Ingeniería
Civil Oceánica de la Universidad de Valparaíso, junto al docente e investigador
de la misma, Mauricio Molina, analizaron la problemática del puerto de
Valparaíso, en especial en cuanto al proyecto de ampliar la posibilidad de
carga de los terminales marítimos.
Bidart explica que
“Terminal Pacífico Sur (TPS) es un concesionario, por lo tanto va a solicitar
mayores beneficios, pero finalmente la Empresa Portuaria de Valparaíso es la
responsable frente al Estado, es una empresa estatal para operaciones
portuarias. El proyecto de la licitación del terminal 2 parte en marzo de este
año, probablemente con resultado en abril; sólo considera la ampliación del
terminal 2, desde el sitio 789 hasta la altura de Edwards, y no debiera tener
ninguna influencia sobre el Muelle Prat, a mi juicio no debería tocarse nunca
porque es parte de la tradición del turismo, la cultura de Valparaíso, es el
único acceso al mar que en este minuto tiene la ciudadanía”.
Consultado por los
desafíos que este tema plantea a nivel de ingeniería, Bidart agrega que
“Valparaíso tiene un problema geográfico para tener un puerto, se requieren al
menos cinco hectáreas para el manejo de contenedores, lo que significaría que
desaparecería la ciudad. Valparaíso creció alrededor del puerto, el desafío
tecnológico es mejorar la capacidad de carga en armonía con la ciudad y eso
significa que no debería haber torres de contenedores, mediante un sistema que
permita que un contenedor baje de una nave y sea trasladado a Placilla, aunque
sea más costoso”.
Desafío tecnológico
Para el director de
la Escuela de la Ingeniería Civil Oceánica el tema es “un desafío tecnológico y
de operaciones, que en puertos modernos se puede hacer, por lo tanto se debería
manejar de forma inteligente, buscando una solución que tecnológicamente hoy
existe”.
En cuanto a los
desafíos de corto plazo, como la preocupación de los portuarios porque el
incremento de la tecnología pudiera significar la disminución de puestos de
trabajo, el académico señala que “el concesionario que se adjudique esta
licitación y construcción del terminal, será posiblemente quien lo va a operar,
por lo tanto esta ampliación debiera considerar tecnología que permitiera tener
un puerto competitivo, pero que además conviva con la ciudad y tenga una
relación de ciudad puerto, que es donde estamos fallando. Ahora aparentemente
la capacidad del puerto de Valparaíso con este terminal se aumentaría casi al
doble”.
Rentabilidad social
Mauricio Molina, ingeniero civil oceánico de la UV e investigador, explica que “el impacto negativo para la ciudad sería a nivel visual, urbanístico, pero productivamente mejoraría la capacidad del puerto y no afectaría el muelle Prat. Ese sector no está abierto a la ciudadanía, simplemente se va a generar una optimización de ese sector, que no está siendo utilizado. La preocupación en este momento es desde el punto de vista estético, pero aumentar la transferencia de carga, mejorará las competencias del puerto”.
En tanto, Bidart agrega que “lo que se busca es la rentabilidad social, que la ciudad se beneficie. Lo que está en este minuto considerado son dos hectáreas, el sector Barón para ser un terminal marítimo no es el mejor lugar. Si uno lo ve desde el punto de vista del espacio para acumular contenedores, son dos hectáreas. Lo positivo es que el puerto libera estas dos hectáreas a uso público para la ciudad”.
Mauricio Molina, ingeniero civil oceánico de la UV e investigador, explica que “el impacto negativo para la ciudad sería a nivel visual, urbanístico, pero productivamente mejoraría la capacidad del puerto y no afectaría el muelle Prat. Ese sector no está abierto a la ciudadanía, simplemente se va a generar una optimización de ese sector, que no está siendo utilizado. La preocupación en este momento es desde el punto de vista estético, pero aumentar la transferencia de carga, mejorará las competencias del puerto”.
En tanto, Bidart agrega que “lo que se busca es la rentabilidad social, que la ciudad se beneficie. Lo que está en este minuto considerado son dos hectáreas, el sector Barón para ser un terminal marítimo no es el mejor lugar. Si uno lo ve desde el punto de vista del espacio para acumular contenedores, son dos hectáreas. Lo positivo es que el puerto libera estas dos hectáreas a uso público para la ciudad”.
Mall Barón v/s tsunami
Otra de las controversias que se generan en el sector es el riesgo que corre la construcción de un mall en el sector del muelle Barón, frente a la posibilidad de un tsunami.
Al respecto, Mauricio Molina señala que “muchos han indicado que si ocurriera un tsunami podría llegar hasta el Congreso, dados los antecedentes de 1730, bajo la idea que el mar siempre va a recuperar lo que alguna vez se le quitó. Gran parte del plan de Valparaíso, que está en el entorno de Barón, fue ganado al mar a partir de rellenos después del terremoto de 1906, pero no son condiciones equivalentes”.
Molina agrega que “lo que establecieron las nuevas cartas del Shoa, publicadas a partir del evento de 1730, es una inundación del sector. Respecto a los procesos de evacuación efectuados en mayo de 2012, se pensaba llegar a zonas seguras, determinadas a 20 metros del mar, particularmente en los cerros de Valparaíso, pero un sector como Barón queda distante de los accesos más cercanos, y uno de los aspectos relevantes son los procesos de evacuación vertical relacionados con la posibilidad de acceder a un edificio que permita esta a una mayor altura”.
El investigador explica que “en una estructura tan grande como un mall en ese sector, un tsunami podría tener algún efecto en los primeros pisos, dependiendo de la intensidad, pero un tercer piso en el sector podría ser eventualmente una zona de evacuación. Hay que ver cómo responde esta estructura a este evento. Es una oportunidad, pero también puede verse afectado. El tema se complica porque el mall no puede pasar del segundo piso”.
Otra de las controversias que se generan en el sector es el riesgo que corre la construcción de un mall en el sector del muelle Barón, frente a la posibilidad de un tsunami.
Al respecto, Mauricio Molina señala que “muchos han indicado que si ocurriera un tsunami podría llegar hasta el Congreso, dados los antecedentes de 1730, bajo la idea que el mar siempre va a recuperar lo que alguna vez se le quitó. Gran parte del plan de Valparaíso, que está en el entorno de Barón, fue ganado al mar a partir de rellenos después del terremoto de 1906, pero no son condiciones equivalentes”.
Molina agrega que “lo que establecieron las nuevas cartas del Shoa, publicadas a partir del evento de 1730, es una inundación del sector. Respecto a los procesos de evacuación efectuados en mayo de 2012, se pensaba llegar a zonas seguras, determinadas a 20 metros del mar, particularmente en los cerros de Valparaíso, pero un sector como Barón queda distante de los accesos más cercanos, y uno de los aspectos relevantes son los procesos de evacuación vertical relacionados con la posibilidad de acceder a un edificio que permita esta a una mayor altura”.
El investigador explica que “en una estructura tan grande como un mall en ese sector, un tsunami podría tener algún efecto en los primeros pisos, dependiendo de la intensidad, pero un tercer piso en el sector podría ser eventualmente una zona de evacuación. Hay que ver cómo responde esta estructura a este evento. Es una oportunidad, pero también puede verse afectado. El tema se complica porque el mall no puede pasar del segundo piso”.