Para no redundar en la catarata de
comentarios a raíz de la evaluación de la PSU (es decir, la evaluación de la
evaluación) trataremos de hacerlo corto pero diferente.
1. Un elefante sigue transitando por la Alameda y nadie lo quiere ver ni se
atreve a mencionarlo: el 40% de los postulantes a la educación superior no
entiende lo que lee. 12 años sentados en un pupitre para no saber leer, es como
mucho ¿no le parece? Esto no lo arregla ni la PSU, ni una PSU Plus Super
Extra, ni la vuelta a la PAA, sino algún sistema sensato y económico, que no
sea un negociado preuniversitario, para paliarle a esos jóvenes el daño que les
produjo la educación escolar.
2. Es una insensatez absoluta, y siempre lo ha sido, que un sistema de
admisión, que pretende evaluar el potencial de un alumno, ya sea para una
universidad o instituto profesional, se base únicamente en las respuestas a un
test estandarizado, cualquiera este sea. Todas las universidades serias del
mundo combinan los resultados de pruebas estandarizadas con otros elementos
como el ranking de notas, pruebas escritas, entrevistas, evaluación de
desempeños destacados en arte, deporte o algún proyecto especial. Alguien dirá
que eso favorecerá el “pituto”. ¿Qué peor pituto que sean los apitutados de la
clase alta los que entren a la universidad? Por otro lado, si una universidad
es seria – no todas lo son – van a tener un sistema serio de selección que haga
las cosas correctamente.
3. Por ende, concordamos con la declaración del Ministro Beyer: “Se
requiere un mejor sistema de admisión a las universidades más que una mejor
PSU”. Esto no significa que la vieja y añeja PSU no esté plagada de los
defectos que señaló el informe Pearson, y que es imprescindible mejorarla. El
parsimonioso plazo que se ha fijado el CRUCH para lograrlo, de 4 años, parece…
para variar… parsimonioso.
4. No estaría demás aprovechar la ocasión para cuestionar la existencia misma,
o al menos la composición del CRUCH. Ciertamente, hay algunas buenas
universidades e institutos que no están en el CRUCH, y hay algunas
universidades que no califican precisamente por su calidad para estar en el
CRUCH. ¿Por cuantas décadas más las universidades “tradicionales” seguirán
siendo las “tradicionales”? ¿Son las del CRUCH las mejores instituciones? No.
¿Son las del CRUCH las universidades públicas? Tampoco. ¿Qué son? Quien sabe.
5. En lo inmediato, lo que urge, ojalá para la próxima temporada, es eliminar
la NEM (notas de enseñanza media) por la sencilla razón de que diferentes
colegios, independientes de su calidad, tienen promedios NEM diferentes. Muchos
colegios pillines inflan las notas para “mejorar su rating de egresados
admitidos a la Universidad”. En cambio el ranking de notas en la escuela es un
fiel reflejo del esfuerzo del alumno. Para mi gusto, habría que subirle
significativamente el peso, a un 20 o 25%
6. Por último. El condenado AFI, o Aporte Fiscal Indirecto. Es el propio Estado
el que ha estado impulsando a las universidades a privilegiar el uso de la PSU,
pues les paga dinero a las Universidades dependiendo del número de estudiantes
que consiguieron… con un alto puntaje PSU. Mientras eso siga así, las
universidades seguirán privilegiando
la PSU en detrimento de mecanismos complementarios más sensatos, y seguirán
tratando de descuidar la PSU técnica, para que los Institutos no se lleven una
parte de su torta.