26 ago 2012

La encrucijada de las Universidades Privadas en el CONFECH


Daniel Zamorano Vargas
Presidente
Federación de Estudiantes Santo Tomás – FEST –
Viña del Mar
Miembro Privadas Movilizadas



Desde hace un tiempo se viene viviendo un proceso de ingreso de Federaciones de Estudiantes de Universidades privadas del país (que son menos de la mitad del total de universidades privadas organizadas) al Confech. El debate del ingreso ha sido arduo en nuestros espacios, algunas han decidido entrar a la Confederación y otras han decidido lo contrario.

La Confederación de Estudiantes de Chile CONFECH, que pese a su nombre en la actualidad reúne a sólo Federaciones de Universidades, dejando a fuera a la gran mayoría de la matrícula de la Educación Superior que esta en los CFT’s e IP’s del país, es un espacio políticamente atrayente. Es indudable su palestra mediática y política a nivel nacional e incluso internacional y son evidentes las grandes oportunidades  que representa junto a sus potencialidades. Sin embargo, como toda organización social, tiene falencias que merman su trabajo y desarrollo. Estas falencias son agudas en torno a lo orgánico de la Confech, dado que en la actualidad es un espacio inorgánico, que se autoconvoca, no tiene estatutos y posee un sin número de falencias en lo estructural, donde federaciones de 1000 estudiantes tienen el mismo voto que federaciones de más de 20000 y, además, a las privadas que hemos entrado este año se nos ha exigido entrar como Confederación, cosa que no ocurre con las tradicionales donde hay universidades que tienen  hasta 4 federaciones presentes en su plenaria. Estos problemas orgánicos han impedido el correcto desarrollo de la orgánica estudiantil, y especialmente de las privadas dentro de ella. Pese a esta realidad, el sector que conduce hoy la Confederación, autodenominados “Ultra” por ellos mismos en algunas entrevistas, se ha negado sistemáticamente a desarrollar el necesario Congreso de Estudiantes para resolver estos problemas, lo anterior se explica porque esta informalidad le permite mantener la conducción del espacio, con una Ultra izquierda sobre representada en base a Federaciones de sedes pequeñas de Universidades Regionales.

Ahora en lo político su principal merma es que no busca la síntesis de posturas, si no la imposición de una mayoría sin consideración de lo que opinan las minorías, abunda la palabra colérica, la frase rimbombante y el “ego revolucionario”, generalmente las discusiones son en forma y no fondo. Se carece de una hoja de ruta y si bien se cuenta con un Petitorio e ideas fuerza, es en las tácticas y estrategias para conseguir nuestras demandas donde se cae, permanentemente, en el infantilismo revolucionario y en la falta de diálogo político.

En el caso de nuestro sector privado pese a la dura realidad de las cifras, hay sectores de Ultra Izquierda que siguen viendo a los estudiantes de las privadas como estudiantes de buena situación económica, siendo que la realidad es completamente distinta, y además, ven nuestro ingreso como un peligro de cambiar la correlación de fuerzas, absolutamente artificial, que existe hoy en la Confech. Esto demuestra que algunos dirigentes de está “Ultra”, no su total claro está, no han generado el proceso de conocimiento de la realidad del sistema educacional y se han quedado con el eslogan más que la realidad. La conducción política de la Confech ha sido deficiente durante este año, la ultra sólo ha contribuido con un estado de ánimo permanente (y muy cambiante) al movimiento estudiantil, que ha generado los problemas políticos que antes se mencionaban, sin la capacidad de generar propuestas, diálogo ni acciones de verdadera radicalidad, en lo sustantivo y no con pirotecnia. Por todo lo anterior nace la pregunta ¿Es la Confech el espacio donde los estudiantes de privadas podremos canalizar nuestras demandas?

Como representantes estudiantiles no debemos buscar el espacio que nos dé mayor visibilidad, ni más cobertura mediática, si no el espacio en el que las demandas e ideas de nuestros representados encuentren la mejor forma de ser canalizadas y logremos avances. Debemos pensar en la realidad de nuestros espacios y que los estudiantes más pobres del país estudian en las Universidad Privadas, los CFT y los IP.  Si no es en igualdad de condiciones y en base a una ampliación del actual petitorio con nuestras demandas, el entrar y participar de la CONFECH resulta más un acto simbólico que práctico. Pese a que este año se han sumado 9 Federaciones de Universidades privadas al Confech, el discurso de los voceros sigue siendo el mismo, sin tomar nuestras demandas e, incluso en ocasiones, en ataque directo a nuestro sector. Nuestra participación el la Confech debe ser real, no el “solo estar” para justificar hablar de una falsa amplitud de la Confederación, nosotros hemos puesto de nuestra parte, falta y bastante, de quienes la conducen hoy.

Como Federación estamos en disposición de formar una gran orgánica de los Estudiantes de Chile, donde Estudiantes de la Educación Superior  y Secundarios nos juntemos, para esto debemos partir de cero, formar una nueva orgánica en que todos seamos iguales y que construyamos en conjunto, en forma y petitorio, en un Congreso Refundacional de los Estudiantes de Chile. Todo esto en los marcos del Congreso CONFECH, es esta la solución a los problemas de la orgánica estudiantil y esperamos que con altura de miras los sectores que se oponen a realizar en Congreso cambien de parecer y podamos realizar este evento a la brevedad. Para el bien del movimiento estudiantil.

Acá no se trata de separatismos, ni división de esfuerzos, si no de la sinergia necesaria que suma esfuerzos y no la anulación sumando a un sector a las propuestas del otro, la diversidad de ideas y acción nos hará más fuertes. No seremos nosotros quienes dividamos el movimiento estudiantil, pero tampoco podemos seguir, como dirigentes responsables, participando de una Confederación sin claridad en  lo propositivo y sin radicalidad en lo importante, generar acciones que tengan un sentido político y nos conduzcan a obtener resultados, para nuestros representados y no para nuestros egos dirigentes.

Podemos avanzar mucho mejor juntos, juntos de verdad, con claridad e igualdad de condiciones, el movimiento por la educación no es de nadie, es de todos, es de una ciudadanía que despertó y quiere cambiar Chile.