Las demandas de hoy y las de ayer. Por Manuel Riesco

¿Las demandas de hoy son las mismas que las de hace 40 años? ¿O los movimientos sociales luchan hoy día por los derechos que les arrebató la dictadura?

Conoce la cantidad de postulación y Ranking PSU 2013!

Tras la publicación de los resultados de las postulaciones a las universidades, se revelaron las carreras que registraron más interesados en el país. Las ingernierías, derecho y medicina siguen siendo las carreras con mayor postulación, y nuevamente, las pedagogías son las menos demandadas.

30 dic 2012

¡No al cierre de la U. del Mar! Por Mario Domínguez



Por Mario Domínguez, Secretario General Federación de Estudiantes Universidad de Valparaíso


Los antecedentes son bastante concretos, el sistema educacional de Chile muestra fisuras irreversibles. La negligencia e irresponsabilidad de un Estado ausente ha provocado estaciones catalépticas, ha jugado con figuras ausentes, posiciones ambiguas, cambiar todo para que no cambie nada.

La situación vivida por las y los miles de estudiantes de la Universidad del Mar es un síntoma que ya huele a enfermedad: la legitimación absoluta del mercado educacional y sus formas de regulación por parte del Estado. Las razones a poner en debate son ahora mas transparentes, la intencionalidad del gobierno del Presidente Piñera para resolver la crisis de la institucionalidad educativa chilena se ve marcada por la inmanencia del mercado, de sus figuras y lógicas. Declarar el cierre de la U. del Mar es decretar su quiebra, es otorgarle el lugar que nunca debió y ni debe tener ninguna casa de estudios de origen particular, es adjudicarle el estatus de una empresa. 

El problema tiene dimensiones que el gobierno invisibiliza, las instituciones de educación superior de origen privado nacieron y se desarrollaron en el marco de la mas absoluta desrregulación, las políticas publicas relativas a su control se mantuvieron en el orden de profundizar esta situación, de privilegiar a los emprendedores en desmedro de la posibilidad de restaurar y fortalecer un sistema nacional coherente con los desafíos y necesidades de la nación en su conjunto. La oferta académica universitaria se ha transformado en una caja de pandora para la ejecución de las orientaciones fiscales. Lo que nos muestra la decisión del Consejo Nacional de Educación es la impotencia del Estado de Chile y sus instituciones para poder resolver -superar- en términos responsables y con miras de futuro el colapso de una de sus áreas estratégicas de desarrollo como lo es la educación. 


La política del castigo versus la política de la responsabilidad. 

Esta imposibilidad gubernamental para solucionar responsablemente la crisis del sistema de educación se basa claramente en la falta de voluntad política y de diálogo que el ejecutivo a tenido para con los diversos actores involucrados. Lejos de generar la posibilidad de establecer soluciones en conjunto, el ministro Beyer ha rechazado las propuestas y sugerencias provenientes del movimiento por la educación, la cartera de educación ha superpuesto el dogmatismo gerencial a cualquier alternativa participativa de resolución de la crisis; la incomunicación y el hermetismo político nuevamente han dejado en jaque al gobierno de excelencia. 

Lo que prima en el cierre de la U. del Mar es la política del castigo, esa que en lo punitivo pretende resolver cuestiones de orden estructural, aquella que -como ya se ha hecho costumbre- sigue creyendo que los problemas de este país se resuelven con aquella “mano dura” portaliana, desvinculando las decisiones de Estado de las practicas democráticas. El cierre de la casa de estudios en cuestión está marcado por la irresponsabilidad del Estado con sus propias definiciones, el Ministerio de Educación por medio de la CNA ha sido participe del colapso de la institución educativa, la falta de fiscalización y compromiso con la calidad han pasado la cuenta de muchos años de negligencia, la aplicación de la política del castigo no solo expía las culpas del Estado en esta materia, sino que lo desentiende del rol que efectivamente tuvo en el mentado colapso. 

El rol que el Estado debiese jugar en la Universidad del Mar es el de la responsabilidad, el de la intervención y participación en el futuro de la casa de estudios. No puede desentenderse de un proyecto educativo que él mismo legitimó, debe orientarlo y responder a las miles de familias involucradas con la posibilidad de restaurar un proyecto educativo serio, de calidad y a la altura de las necesidades de nuestro país. 

La situacion de las y los miles de estudiantes que abandonaron la casa de estudios no puede tampoco estar al arbitrio del mercado, su aseguramiento debe pasar por una solución que privilegie la reubicación en planteles tradicionales y estatales, definir su pertinencia y normalización curricular de acuerdo a las exigencias de estas universidades y financiar así a los proyectos educativos públicos en contraste con la persistente intencionalidad del ejecutivo de favorecer la inversión privada por medio de incentivos y financiamiento a la demanda, sin importar la institución educativa receptiva de dichos fondos públicos. 

Así, los diversos actores en cuestión deben asumir que la necesidad de transformar radicalmente el sistema educacional de nuestro país forma parte de la necesidad de constituir voluntad nacional, que se disponga a enfrentar los desafíos del futuro en taxativo rechazo de las lógicas que nos ha condicionado el modelo neoliberal. Queremos un país de ciudadanas y ciudadanos responsables de su porvenir, queremos que las practicas del gobierno cristalicen esa necesidad... no creemos que nuestros problemas sean fruto del tan reiterado y añejo peso de la noche.

23 dic 2012

La nueva-vieja Ley de Acreditación.


Mario Waissbluth, Coordinador Nacional de Fundación Educación 2020.

Felizmente, el Presidente Piñera, después de los más recientes escándalos, ha enviado al Congreso un proyecto de Ley que mejora sustantivamente el engendro que teníamos hasta hoy.

La verdad os hará libres. La sentencia presidencial “heredamos un mal sistema de aseguramiento de la calidad de la educación superior” da la impresión de que la Alianza es un conjunto de blancas palomas que heredaron un pésimo sistema de acreditación del gobierno anterior. Por su parte, el Ministro Beyer declaró que "nadie miró cómo asegurar la calidad".

Estas aseveraciones no se ajustan a la verdad, la cual hay que relatar en su versión completa porque la ciudadanía lo merece. No me interesa defender o atacar el gobierno anterior ni el actual, sino hacer notar que la calidad de la educación ha sido víctima de la política y los intereses monetarios de lado y lado. 

En una columna reciente, el ex Ministro Bitar ha descrito prolijamente lo que ocurrió entre el 2003 y el 2006. El detalla el proyecto de ley originalmente presentado en esa época, cuando no existía acreditación alguna. Era, en realidad, un proyecto de ley similar al de hoy. Sin embargo, la Alianza inicialmente se opuso incluso a la idea de legislar, aduciendo, ya lo puede usted imaginar, que “el mercado se auto-regularía”.

En la batalla legislativa, que duró tres años gracias a nuestro estupendo sistema de virtual paridad parlamentaria generada por el binominal, el proyecto original fue podado y podado. Cito abreviadamente al ex Ministro:

"-Se rechazó la propuesta del Ejecutivo de que todos los Comisionados fueran designados por el Presidente de la República. A cambio, la Alianza postuló que las partes interesadas tienen capacidad de nombrar consejeros.
- Se restringieron las normas de transparencia de información, dejando sólo las relativas al ámbito académico, y rechazándose la entrega de información financiera.
- Se evitó la definición de estándares de calidad, porque podrían limitar el desarrollo de los proyectos institucionales privados.
- Se recortaron las atribuciones de la CNA para controlar y certificar a las agencias acreditadoras. 
- El Artículo 22 del proyecto de ley fue eliminado, por lo que la CNA quedó impedida de actuar ante casos como los que hoy se analizan en la prensa.
- Se autorizó a las universidades privadas a vetar a los pares evaluadores y pedir su reemplazo.
- Se desvinculó a la secretaría técnica de la naciente institución del Consejo Superior de Educación".

Una buena vieja-nueva ley. En suma, así fue como se negoció el engendro de institucionalidad acreditadora que hoy se está tratando de corregir, y en buena hora. El proyecto actual tiene grandes virtudes… y se parece bastante al proyecto original del 2003. Entre otras bondades:

- Genera un Consejo que no tiene representantes de las entidades acreditadas.
- Hace obligatoria la acreditación.
- La acreditación es binaria: sí o no, por un período de 6 años, y en caso de duda se otorgacon 3 años provisionales.
- Las instituciones deberán informar la apertura de carreras, establecimiento de nuevas sedes, crecimiento de la matrícula, entre otros, que se produzcan y que no hayan sido evaluadas en el proceso de acreditación.
- La Agencia podrá revisar la decisión de acreditación si considera que los cambios ponen en riesgo las condiciones que dieron lugar a su acreditación.
- Si se comprueba que la acreditación se obtuvo de manera fraudulenta, se deberá iniciar un nuevo proceso de acreditación de manera inmediata. Además, se establecen multas a los miembros de la junta directiva y rectores. 

Los aspectos preocupantes. En primer lugar, parece curioso que no se establezcan responsabilidades penales y civiles para los dueños, que son los que se enriquecen con estas maniobras.

En segundo lugar, es muy probable que, como resultado de este nuevo y más riguroso proceso, muchas universidades pierdan la acreditación y se vean obligadas a cerrar, dejando a sus estudiantes tan botados como los de la Universidad del Mar. Podrían llegar a ser más de cien mil. Por ello, es indispensable que se establezca la figura de la intervención de las mismas por parte del Estado. Esta no es una propuesta “comunista”, es algo ya contemplado en la Ley de Aseguramiento de la Calidad a nivel escolar.

Asimismo, los senadores Pedro Muñoz, Camilo Escalona y Francisco Chahuán, un grupo plural, presentaron esta semana una iniciativa que permitiría intervenir instituciones de educación superior en crisis, a través del nombramiento de un administrador provisional que asegure una continuidad académica en las instituciones que reciben dineros del Estado. Esta componente es absolutamente indispensable, y debiera formar parte integral de esta nueva Ley. En caso contrario, se pondrá en riesgo a decenas o centenas de miles de estudiantes.

Otro elemento altamente preocupante del actual proyecto: contempla a) la evaluación de la institución b) la evaluación de las carreras de medicina y pedagogía (que ya es supuestamente obligatoria) y c) la evaluación de dos carreras de distintas áreas de estudio en cada nivel que la institución imparta títulos (pre y post grado) elegidas aleatoriamente. Con esto se pretende asegurar el cumplimiento de los estándares de calidad de todas las carreras que imparte. 

El pequeño problema: hoy tenemos, si se consideran carreras diferentes a las que están en diferentes campus (y lo son) la exorbitante cifra de 5000, de las cuales sólo un 20% está acreditada, con una buena mitad cuestionable. Es decir, tenemos un 90% de carreras universitarias y técnicas en “situación de duda” y sabemos a ciencia cierta que hay malandrines acumulados por 20 años. Hecha la ley, hecha la trampa, y en muchos casos pasaran “coladas” carreras de dudosísima calidad. 

La acreditación debiera ser obligatoria para TODAS las carreras. Alguien podría decir que esto es caro. No lo es. Supongamos que costara 5 o 10 millones de pesos por carrera, cada 6 años. Eso es el equivalente a uno, dos o tres alumnos de esa carrera. ¿Vamos a ahorrarnos esto después de los excesos y escándalos que hemos vivido?

Esto me lleva a la tercera preocupación. Se propone un Presidente de tiempo completo y 4 Consejeros electos por Alta Dirección… de tiempo parcial. Esta es la estructura que me tocó vivir en el Consejo de Alta Dirección Pública por seis años, y puedo decir con cierta certeza que no funcionará. Si es necesario vigilar un negocio que mueve la módica suma de US$ 5.000 millones de dólares por año, es imprescindible dotar a esta nueva institución de consejeros de tiempo completo, y de un equipo de funcionarios suficiente como para que pueda desarrollar sus labores adecuadamente.

Raya para la suma. Volvamos al inicio. En buena hora que los partidos políticos de todo el espectro reconozcan el grave error cometido en la década anterior, dejando el sistema de educación superior sometido a un verdadero libertinaje de mercado. En buena hora que se legisle, y ojalá las precauciones aquí mencionadas sean a lo menos discutidas y ojalá incorporadas.

11 dic 2012

Caso Lucro: Los verdaderos responsables y por qué la movilización debe seguir


Por Diego Vela Grau, Presidente FEUC 2013
La caída de Eugenio Díaz y de los ex rectores y dueños de las universidades del Mar y Pedro de Valdivia ha desatado una inédita crisis de credibilidad en el sistema de educación superior. A las pruebas de que ese sistema no produce calidad aceptable, se suma ahora la evidencia de que no funciona ni siquiera con decencia. En esta columna, el presidente de los estudiantes de la Universidad Católica, repasa las responsabilidades políticas que han permitido el desastre. Insiste, además, en que la movilización de los estudiantes no puede detenerse, “para que no volvamos a ver en la historia de nuestro país 18.000 familias abandonadas a la suerte del mercado, como es el caso de los estudiantes de la Universidad del Mar”.
Para justificar el éxito en la recuperación de Islandia después de la crisis financiera del 2008, su actual Presidente, Olafur Ragnar Grimsson, explicó: “El gobierno rescató a las personas y encarceló a los banqueros, lo opuesto que están haciendo América y Europa”. Ragnar ha sido conocido a nivel mundial por decidir la no promulgación de una ley (por medio de dos referéndums) que pretendía hacer que los islandeses indemnizaran a Gran Bretaña y Holanda, cuyos ahorradores habían sido perjudicados por la quiebra del banco en línea Icesave. En un principio, cuando se produjo el colapso bancario, producto de años de burbujas financieras de todo tipo, la respuesta del anterior Primer Ministro Haarde fue la de “meter preso a los banqueros corruptos”, pasando por alto las responsabilidades de Estado y de los políticos en el desastre. Sin embargo, gracias a la revolución pacífica y sostenida de la ciudadanía que en masa se volcó a las calles diciendo NO, el Primer Ministro Haarde terminó preso junto a los políticos corruptos, negligentes y cómplices del sistema. Los islandeses no aceptaron que una deuda privada se transformara en un asunto público. Se tomaron las calles y echaron abajo al gobierno, exigiendo nuevas elecciones. Con el cambio de gobierno vino el referéndum y 9 de cada 10 islandeses dijo NO a pagar la deuda de los bancos privados. Y el Presidente Olafur Ragnar privilegió los intereses públicos por sobre los intereses privados.
“Nuestras autoridades gastan sus energías en mantener en pie un cadáver que genera un enorme daño social”.
Una ciudadanía activa, consciente de sus derechos y deberes, informada y bien organizada puede lograr grandes cambios estructurales. Esto no es una utopía. Y es imperativo que las miles de personas que se han manifestado en Chile para protestar por los diversos abusos sigan marchando en las calles y presionen para que el sistema político en su conjunto se haga responsable. Es necesario ejercer esta presión, romper con los conflictos de interés y de una vez por todas cambiar la historia que estamos construyendo como país.
La investigación judicial en que están envueltas la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) y, por ahora, las Universidades del Mar (18.000 alumnos) y Pedro de Valdivia (5.000 alumnos), le ha puesto una lápida al sistema con que el Estado vigila el correcto funcionamiento de las instituciones de educación superior chilenas. Hoy estamos ante un mecanismo de acreditación absolutamente desacreditado que se mantiene funcionando únicamente gracias a una clase política que es negligente e indolente frente a la existencia del negociado en la educación. El lucro está en el fondo de todo este asunto.
Sólo porque hay lucro es posible que haya sobornos como los que se investigan. Resulta increíble que nuestros diputados aún no hagan cumplir la ley dejando que las universidades lucren (recordemos que la Cámara de Diputados rechazó el Informe sobre el lucro) y que el gobierno, mostrando su ideología más intrínseca, trate a  ciudadanos vulnerados de derechos como clientes diciéndoles que su solución es que vayan al SERNAC. Mientras la autoridad se mantiene con los ojos bien cerrados, el negocio en Educación alcanza tal nivel que figura entre las cinco áreas que más gastos hacen en marketing, según la Asociación Chilena de Agencias de Publicidad (ACHAP). Sólo es superado por el retail y la telefonía.
Lo más preocupante es que la discusión pública sobre este caso se ha centrado en las penas que deberían sufrir los corruptos sorprendidos, como si tuviéramos al frente un caso particular y no un sistema completo que está en crisis. Para creer eso hay que olvidarse de cosas importantes. Por ejemplo, cómo fue que la Universidad del Mar se transformó en lo que es. Un dato: pasó de tener 3.900 alumnos en 2002 a 22.388 en 2007. Es decir, en cinco años quintuplicó la cantidad de alumnos. Pese a que hace años se escuchan denuncias en contra de su calidad, y sus pobres resultados en las pruebas Inicia y en la Eunacom estaban a la vista de todos, el Estado que debe cautelar los intereses de todos fue indolente. Y la Universidad del Mar nunca fue debidamente fiscalizada.
Hoy la autoridad de turno se sorprende al descubrir el desastre académico de la U. del Mar. En realidad deberíamos sorprendernos de la sorpresa de las autoridades que durante décadas vieron crecer este problema y que ahora tratan, los que están en el poder y los que desesperadamente quieren volver, de sacar provecho político con acusaciones cruzadas. La verdad es que la derecha presionó para crear una legislación donde el “emprendimiento privado” no estuviera sometido a la vigilancia del Estado. Y la Concertación miró para el lado y dejó crecer estos monstruos que han devorado los sueños de miles de jóvenes.
Se entiende entonces que a muchos les convenga plantear lo sucedido como algo puntual, como una única manzana podrida en un árbol sano. Así es como se ha enfrentado el problema educacional durante estos años. Pero el árbol está muerto. Nuestras autoridades gastan sus energías en mantener en pie ese cadáver que genera un enorme daño social. Estoy convencido de que durante estos años los movimientos sociales han generado tierra fértil para que podamos plantear un nuevo árbol donde el fruto que nazca sea uno justo.
Para que luego no se olvide, dejemos aquí señaladas las responsabilidades que tocan a cada cual. Si dejo alguna en el tintero los lectores de CIPER pueden agregarlas en los comentarios de esta columna.  Partamos por el Presidente Sebastián Piñera, quien luego de asumir en marzo del 2010, tenía un plazo de 30 días para nombrar a un nuevo presidente de la Comisión Nacional de Acreditación (CNA). No lo hizo. Dejó de subrogante a Eugenio Díaz, hoy acusado de recibir sobornos a cambio de acreditar. Durante todo 2010, la CNA se dedicó a acreditar a todas las instituciones que se presentaron ante ella. La CNA acreditó todo lo que se moviera, incluyendo a las universidades del Mar y la Pedro de Valdivia. Fue un festín. ¿El gobierno no supo lo que ocurría en la CNA?
Deberían haberlo sabido, pues el gobierno tiene un representante en la CNA: Juan José Ugarte, el jefe de la División de Educación Superior, mano derecha del ministro de Educación. ¡Lamentablemente Juan José Ugarte faltó a un 71% de las sesiones de la CNA! Aunque cuando asistió no lo hizo mejor. Ugarte estuvo presente en las sesiones en que se entregaron antecedentes claros de que tanto la Universidad Santo Tomás, como la UNIACC, lucraban. Su obligación, dado el estatuto administrativo, era informar a sus superiores de todo tipo de irregularidad. Sin embargo el ministro Harald Beyer dijo reiteradamente que no tenía antecedentes de lucro en universidades.
“El Presidente Sebastián Piñera tenía un plazo de 30 días para nombrar a un nuevo presidente de la CNA. No lo hizo. Dejó de subrogante a Eugenio Díaz, hoy acusado de recibir sobornos a cambio de acreditar. Durante todo 2010, la CNA se dedicó a acreditar a todas las instituciones que se presentaron ante ella, incluyendo a la Universidad del Mar y la Pedro de Valdivia. Fue un festín. ¿El gobierno no supo lo que ocurría en la CNA?”
Además de lo anterior, el Ministerio de Educación carga con otra responsabilidad ineludible. Beyer y sus antecesores siempre dijeron que no solo no tenían antecedentes de lucro, sino que no tenían atribuciones para fiscalizar universidades. Ahora vemos que tras estallar el escándalo en la prensa el ministro inició una auditoria en la Universidad del Mar y recurrió al Consejo de Defensa del Estado para ampliar las querellas a otros implicados. Estando ad portas de que se cierre el monstruo que dejamos crecer, es evidente que lo que le faltaba al ministro no eran atribuciones sino incentivos para actuar correctamente.
Hoy escuchamos que la propuesta del ministro frente al drama de los 18.000 alumnos de la universidad del Mar es reacomodarlos en diferentes instituciones. Pero si dejara de ver sólo números y diera el paso para ver que hablamos de personas afectadas, no propondría eso. Según la Encuesta Nacional de la Universidad del Mar realizada por la Feudm de Viña del Mar, un 28% de los estudiantes de la Universidad del Mar son padres, un 47% son estudiantes que trabajan y estudian al mismo tiempo, un 84% cree que lo que ha sucedido en su universidad les va a perjudicar al momento de encontrar trabajo, más de 1.000 estudiantes no pueden ser reubicados debido a que estudian en las sedes de San Fernando o Quillota, lugares donde la opción más cercana queda a horas de distancia. Es decir, el problema no es puntual, es un drama humano y social de proporciones mayores.
El gobierno y el ministerio actúan como si estuviéramos ante un negocio que se cierra. Ahí hay otra gran culpa. La educación no es un negocio: se trata de familias, proyectos truncados, esfuerzos económicos y humanos desperdiciados. Hablamos de 18 mil chilenos vulnerados y entregados a los vaivenes del mercado en la incertidumbre total sobre su futuro, para que unos señores puedan tener su BMW.
Como institución el Congreso también carga con su culpa. No solo su incapacidad de ver el enorme lucro y denunciarlo. En plena crisis de la Universidad del Mar, el miércoles 28 de noviembre, los diputados de la Cámara tuvieron la oportunidad de empezar a buscar justicia y partir por el ejercicio sencillo de que se cumpla la ley. Pero nuevamente fallaron. De los 120 diputados, 37 se ausentaron de la votación para iniciar una nueva comisión investigadora del lucro. (Vea aquí quienes no hicieron la pega). Ya nos han hecho perder la ingenuidad de que se van a comportar distinto. No queremos más promesas, sino actos concretos.
Si el gobierno y los políticos insisten en mantenerse al margen de casos como el de la Universidad del Mar y no toman medidas más eficientes e inmediatas frente al escándalo mayor que ha significado lo de la Comisión Nacional de Acreditación, la ciudadanía debe manifestarse, movilizarse, salir a la calle a ejercer presión. La ciudadanía no debe olvidar lo que ha pasado aquí. La educación no es cualquier tema. Es definitorio para el futuro de Chile. Debemos mirar cómo actúan nuestras autoridades en este tema y manifestar nuestra opinión a través del voto. Las elecciones municipales fueron una pequeña señal de que la sociedad chilena ya no está dispuesta a seguir como si nada pasara y que frente a proyectos vacíos que no atacan los problemas gravitantes de los ciudadanos, no hay participación que aguante. La transversalidad de las grandes temáticas que debemos y podemos transformar como país son, entonces, razón suficiente para  seguir manifestándose con firmeza y convicción.
“Es imperativo que las miles de personas que se han manifestado en Chile para protestar por los diversos abusos sigan marchando en las calles y presionen para que el sistema político en su conjunto se haga responsable”.
Es lo que sucedió en Islandia, un país pequeño, pero con grandes ciudadanos que se atrevieron a salir a las calles y decir firme y claro No a los abusos de un sistema neoliberal feroz, se negaron a ser espectadores de un sistema donde los banqueros invierten, arriesgan y si sale bien, la ganancia es para ellos; pero si sale mal, que el Estado, por ende los ciudadanos, paguen y se hagan cargo. ¿Qué pasó con Islandia, pese a los temores de Europa que vaticinaba lo peor? Hoy ha triplicado su crecimiento, es un país prospero y en paz. Gracias a una sociedad civil activa y determinada, el gobierno defendió a los ciudadanos y no a unos pocos corruptos. Islandia es hoy un país donde ideas como tener una Educación Pública, una Constitución que realmente refleje la visión país de la ciudadanía no son sueños, sino realidades que construyen la historia de un país.
Las chilenas y chilenos tenemos el derecho y deber de ser protagonistas, de ser gestores de las grandes transformaciones que nuestra sociedad requiere. Debemos ser activos promotores de espacios que velen por la justicia y el bien común para que no volvamos a ver en la historia de nuestro país 18.000 familias abandonadas a la suerte del mercado, para que no se repita en algunos años más que miles de estudiantes son engañados víctimas de la persecución de utilidades por parte de empresarios amparados en la negligencia de políticos e instituciones públicas.

1 dic 2012

Mario Domínguez es el nuevo secretario general de la FEUV


     Como revista reCrea estuvimos en el conteo de votos de la elección de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Valparaíso Casa Central, Feuv, dando a conocer los resultados parciales no oficiales:

     Conteo de votos concluyó pasadas las 17:00 horas del viernes y dio por vencedora a la Lista 4, integrada por representantes comunistas, socialistas e independientes.

     Aunque la convocatoria disminuyó en casi mil estudiantes, el quórum se logró y la Universidad de Valparaíso ya tiene nueva Federación de Estudiantes. Los vencedores pertenecen a la Lista 4, encabezada por Mario Domínguez, alumno de quinto año de Sociología, que bajo el lema “Vamos por una federación todos” lograron convertirse en la nueva mesa ejecutiva.

     Según lo informado en el recuento online del Tricel 2012, la lista vencedora obtuvo mil 683 votos, mientras que la Lista 1, que apuntaba a transformarse en la continuidad de la actual federación, logró mil 269. En tanto, la Lista 2 y Lista 3 sólo alcanzaron mil 15 y 549 votos, respectivamente. En el total se consignaron además 204 votos nulos y 75 blancos, alcanzando una sumatoria general de cuatro mil 795 votos.

     La lista vencedora, integrada por las Juventudes Comunistas, Juventud Socialista e Independientes, ya piensa en lo que viene. Fortalecer la organización estudiantil como eje articulador del movimiento social es uno de los objetivos que tienen los nuevos integrantes de la FEUV que en dos semanas asumirán su nuevo rol y pondrán en marcha el plan de trabajo ideado para esta instancia.

     Tras conocer el veredicto, Mario Domínguez manifestó estar muy feliz con la elección, la transparencia que tuvo el proceso y convencido además de lo intenso que será el 2013 en materia estudiantil. Declaró también que al presentarse cuatro listas en esta elección quedó clara la pluralidad de las ideas que existen en la UV y la importancia de generar debates entre los estudiantes.

Fuente: UV


Los resultados totales son los siguientes: